Carmelo Bene - Manfred - versione per concerto in forma d'oratorio
TEXTO DE GILLES DELEUZE: "MANFRED: UNA EXTRAORDINARIA INNOVACION"
Publicado originalmente en In Carmelo Bene, Otello o la deficienza della donna, Milán, Feltrinelli, 1981, pp. 7-9.
La potencia de un artista es la innovación. Carmelo Bene es la prueba
de ello.
Gracias a lo que hace, puede romper con
lo que ha hecho. Actualmente está trazando un nuevo camino y construyendo para
nosotros una nueva relación activa con la música.
En primer lugar, toda imagen comporta en principio elementos visuales y
sonoros.
Durante mucho tiempo, haciendo teatro y cine, Carmelo Bene ha tratado a
la vez estos dos elementos (colores del decorado, organización visual de la
escenificación, personajes a los que se ve y se escucha). Ahora se interesa
cada vez más por el elemento sonoro en cuanto tal. Hace del elemento sonoro un vértice
que concentra toda la imagen, la imagen entera se transfiere a lo sonoro.
No es que hable tal o cual personaje, es que el propio sonido se convierte en
personaje, el elemento sonoro se vuelve personaje. Carmelo Bene prosigue así su
proyecto de ser "protagonista" u operador más que actor, pero
en nuevas condiciones. No es que la voz empiece a cuchichear, a gritar o a
recalcar expresando tal o cual emoción, es el cuchicheo el que llega a ser una
voz, el grito se convierte en una voz al mismo tiempo que las
emociones correlativas (afectos) se tornan modos, modos vocales.
Y todas estas voces y modos se comunican en su interior. De ahí la
innovación en el papel de las variaciones de velocidad e incluso del play-back,
que para Carmelo Bene nunca fue un medio cómodo sino un instrumento de
creación.
En segundo lugar, no se trata únicamente de extraer lo sonoro de lo
visual, sino de extraer de la voz parlante las potencias musicales de las que es
capaz, que no obstante no se confunden con el canto. Estas nuevas
potencias pueden de hecho acompañar al canto, conspirar con él, pero no componen
un canto, ni siquiera un sprechgesang: es la invención de una voz modalizada o más bien filtrada. Es una
invención quizá tan importante como la del mismo sprechgesang, pero que
se distingue esencialmente de él. Se
trata de fijar, crear o modificar el color básico de un sonido (o de un
conjunto de sonidos) y a la vez de hacerlo variar o evolucionar en el tiempo,
cambiando su curva fisiológica. En este punto, Carmelo Bene renueva todas sus investigaciones sobre las
sustracciones y adiciones vocales, que cada vez más le enfrentan a las
potencias del sintetizador.
El Manfred de Carmelo Bene es, por tanto, el primer resultado de
un gran trabajo y de una nueva etapa de creación. En Manfred, esta voz,
estas voces de Carmelo Bene se deslizan entre los coros cantados y la música y
conspiran con ellos, se les añaden y se sustraen a ellos. Es falso decir que
Carmelo Bene ha atendido más a Byron que a Schumann. Carmelo Bene no ha elegido
a Schumann por casualidad sino por amor, pues su música abrió nuevas potencialidades
para la voz e implicaba una nueva instrumentación de la voz. Ha sido un acierto
de la Scala de Milán. Entre el canto y la música, Carmelo Bene inserta el texto
que se ha vuelto sonoro, lo hace coexistir con ellos, reaccionar sobre ellos,
de tal manera que por primera vez escuchamos ambos, constituyéndose una
profunda afianza entre el elemento musical cantado y el elemento vocal
inventado, creado, que se ha vuelto necesario. Sí, es un éxito extraordinario
que inaugura las nuevas investigaciones de Carmelo Bene.
Publicado en "Dos Regímenes de Locos". Ed. Pre-Textos. Trad: J. L. Pardo.