miércoles, mayo 11, 2022

Hitler, una película de Alemania (Parte 1). Dirección: Hans-Jürgen Syberberg


Hitler, una película de Alemania (Parte 1). Dirección:   Hans-Jürgen Syberberg

El libro de Krackauer, De Caligari a Hitler, tiene el interés de mostrar en qué forma el cine expresionista reflejaba el ascenso del autómata hitleriano en el alma alemana. Pero este punto de vista era todavía exterior, mientras que el artículo de Walter Benjamin se instalaba en el interior del cine para demostrar de qué modo el arte del movimiento automático (o, como él decía de manera ambigua, el arte de reproducción) debía coincidir con la automatización de las masas, la puesta en escena de Estado, la política convertida en «arte»: Hitler como cineasta... Y es verdad que, hasta el final, el nazismo se piensa en competencia con Hollywood. Los esponsales revolucionarios de la imagen-movimiento con un arte de las masas transformadas en sujeto quedaban rotos, dejando lugar a las masas sojuzgadas como autómata psicológico, y a su jefe como gran autómata espiritual. Es lo que lleva a Syberberg a decir: la culminación de la imagen-movimiento está en Leni Riefenstahl; y, si el cine ha de librar un juicio contra Hitler, será en el interior del cine, contra Hitler cineasta, para «vencerlo cinematográficamente, volviendo sus armas contra él». (5. Véase SERGE DANEY, La rampe, «L'Etat-Syberberg», pág. 111 (y pág.172). El análisis de Daney se funda aquí en numerosas declaraciones del propio Syberberg, éste se inspira en Benjamín, pero va más allá al lanzar el tema «Hitler como cineasta». BENJAMIN sólo señalaba que «la reproducción en masa», en el campo del arte, hallaba su objeto privilegiado en «la reproducción de las masas», grandes cortejos, mítines, manifestaciones deportivas, finalmente guerra <<L'oeuvre d'art a l'ere de sa reproductibilité technique», en Poésie et révolutíon, Denoél, II). 

Es como si Syberberg experimentara la necesidad de añadir una segunda parte al libro de Krackauer, pero esta segunda parte sería un film: no ya de Caligari (o de un film de Alemania) a Hitler, sino de Hitler a Hitler, ein Film aus Deutschland, cumpliéndose el cambio en el interior del cine, contra Hitler pero también contra Hollywood, contra la violencia representada, contra la pornografía, contra el comercio... Pero, ¿a qué precio? Sólo se hallará una verdadera psícomecáníca si se la funda en «asociaciones nuevas», reconstituyendo el gran autómata mental cuyo lugar Hitler ocupó, resucitando los autómatas psicológicos a los que él sojuzgó. Habrá que renunciar a la imagen-movimiento, es decir, al vínculo que el cine había introducido desde el comienzo entre el movimiento y la imagen, para liberar otras potencias que mantenía supeditadas a él y que no habían tenido tiempo para desplegar sus efectos: la proyección, la transparencia. (6. Syberberg no parte como Benjamin de la idea de artes de reproducción, sino de la idea del cine en cuanto arte de la imagen-movimiento: «Durante mucho tiempo se partió del presupuesto que dejaba entender que hablar de cine era hablar de movimiento», imagen móvil, cámara móvil y montaje. Piensa que la culminación de este sistema es Leni Ríefenstahl, y su «maestro que se disimulaba ahí detrás». «Pero se olvidaba que en la cuna del cine había habido además otra cosa, la proyección, la transparencia»: otro tipo de imagen, que implica «movimientos lentos y controlables», capaz de llevar la contradicción al sistema del movimiento, o de Hitler-cineasta. Véase Syberberg, número especial de Cahiers du cinema, febrero de 1980, pág. 86.)

Se trata incluso de un problema más general: porque la proyección, la transparencia, no son más que medios técnicos que portan directamente consigo a la imagen-tiempo, que sustituyen la imagen-movimiento por la imagen-tiempo. El decorado se transforma, pero lo que sucede es que «el espacio aquí nace del tiempo» (Parsifal). ¿Un nuevo régimen de la imagen, tanto como del automatismo?

Fragmento de Estudios sobre cine 2 - La imagen-tiempo. Gilles Deleuze

No hay comentarios.: