jueves, junio 28, 2007

Rizoma = Gilles Deleuze - Félix Guattari


Hemos escrito el Antiedipo entre dos. Como sea, que cada uno de nosotros era varios, eso redundaba ya en mucha gente. Aquí nos hemos valido de todo cuanto podía acercarnos, lo más próximo y lo más lejano. Hemos distribuido hábiles seudónimos a fin de hacer el trabajo irreconocible. ¿Por qué hemos conservado nuestros nombres? Por costumbre, sólo por costumbre. Para volvernos irreconocibles a nuestra vez. No para volvernos imperceptibles nosotros mismos, sino aquello que nos hace actuar, sentir o pensar. Y, luego, porque es muy grato hablar como todo el mundo; decir ha salido el sol, cuando la generalidad de las personas sabe que es un modo de hablar. No llegar al extremo en que ya no se dice yo, sino al extremo en el que decir yo no tiene ya importancia alguna. Ya no somos nosotros mismos. Cada quien conocerá a los suyos. Hemos sido ayudados, absorbidos, multiplicados.

Ya casi no hablamos de psicoanálisis; sin embargo, aun hablamos, inclusive, demasiado. Nada más de eso. Nos fastidiaba; sin embargo, éramos incapaces de cortar por lo sano Los psicoanalistas y principalmente los psicoanalizados nos hastían demasiado. Era preciso que, por cuenta nuestra, precipitáramos esta materia que nos frenaba-sin forjarnos ilusiones acerca del alcance objetivo de tal operación-- era necesario que le comunicásemos una velocidad artificial capaz de llevarla hasta la ruptura o hasta nuestro desmoronamiento. Se acabó; no hablaremos más del psicoanálisis después de este libro. A nadie hará sufrir ya, a ellos ni a nosotros. Es curioso como las objeciones que a uno le hacen son retardarices. Cuando usted intenta nadar en un arroyo, a sus pies les ponen grilletes: ¿ha pensado en eso?, ¿qué hace con aquello?, ¿es usted muy coherente? ¿acaso no ve la contradicción? También dulzura, de no responder nunca. Solamente hay algo todavía peor que las objeciones y refutaciones de las objeciones, esto es. la reflexión, el retorno a. . . Por ejemplo, en un libro, el regreso a otro anterior: y, ¿qué hay de eso?, ¿ha comprendido bien a Freud?, y ¿su último libro, ha cambiado usted? Analizar la situación ¡qué horror! Un libro no tiene objeto ni sujeto, está elaborado de materias distintamente formadas, de fechas y velocidades muy diferentes. A partir del momento en que un libro es atribuido a un sujeto, se descuida este trabajo de las materias y de la exterioridad de sus relaciones. Se fabrica un Dios bueno para los movimientos .geológicos. En un libro, a igual que en todas las cosas, hay líneas de articulación o de segmentariedad, planos, territorialidades; pero, también, líneas de fuga, movimientos de desterritorialización y de destratificación. Las velocidades comparadas de circulación de flujo, según estas líneas, llevan en sí fenómenos de retraso relativo, de viscosidad o, por el contrario, de precipitación y ruptura (ciertamente el psicoanálisis ha sido nuestra traba; era necesario cortar). Todo esto, líneas, velocidades medibles, constituye una composición maquínica. Un libro es una tal composición y, como tal, es inatribuible. Es una multiplicidad aunque todavía no se sabe lo que el múltiple implica cuando él deja de ser atribuido, o sea, cuando es elevado al estado de substantivo. Una composición maquínica es dirigida hacia los planos, los cuales forman, indudablemente, una especie de organismo, o bien, una totalidad significante, o bien una determinación atribuible a un sujeto, pero no menos hacia un cuerpo sin órganos que no cesa de deshacer el organismo, de hacer pasar y circular partículas asignificantes, intensidades puras; y de atribuirse los sujetos a los cuales no deja más que un nombre, como traza de una intensidad. ¿Cuál es el cuerpo sin órganos de un libro? Hay varios: según la naturaleza de las líneas consideradas; según su contenido o su densidad propia; según su posibilidad de convergencia en un "plano de consistencia" que asegure en la selección. Por aquí, como por allá, las unidades de medida constituyen lo esencial: cuantificar la escritura. No hay diferencia entre aquello de lo cual un libro habla y del modo como está elaborado. Un libro no tiene, pues, no más objeto. En calidad de composición, él mismo está en conexión con otros cuerpos sin órganos. No se deberá preguntar nunca lo que un libro quiere decir, significado o significante; tampoco deberá tratarse de comprender nada en un libro. Únicamente vale preguntar con qué funciona; en conexión de qué hace pasar o no intensidades; en cuáles multiplicidades introduce y metamorfosea la suya; con qué cuerpos sin órganos hace converger el suyo. Un libro no existe más que por lo exterior y en el exterior. Así pues, siendo un libro por sí mismo una pequeña máquina, cabe preguntar: ¿en qué relación, a su vez mensurable, se encuentra esta máquina literaria con una máquina de guerra, una máquina de amor, una máquina revolucionaria, etc., -y con una máquina abstracta que las arrastre? Se nos ha reprochado invocar con demasiada frecuencia a los literatos. Objeción idiota, ya que, cuando se escribe, sólo hay una cuestión la cual consiste en saber a qué otra máquina puede y debe estar conectada la máquina literaria, para que le sea dable funcionar. Kleist, y una loca máquina de guerra; Kafka, y una inaudita máquina burocrática. .. (Y, suponiendo que uno se tornara animal o vegetal por literatura, lo cual de ninguna manera quiere decir literariamente, ¿no sería primero por la voz que uno se convierte en animal?) La literatura es una composición, nada tiene que ver con la ideología; no hay ni jamás hubo ideología. Nosotros no hablamos de algo distinto: las multiplicidades, las líneas, planos, segmentariedades, líneas de fuga e intensidades, las disposiciones maquinicas y sus diferentes tipos, los cuerpos sin órganos y su construcción, su selección, el plano de consistencia, las unidades de medida en. cada uno de los casos. Los estratómetros, los deleómetros, las unidades CsO de densidad, las unidades CsO de convergencia no sólo forman una cuantificación de la escritura, sino que la definen como en tanto que son siempre la mesura de algo distinto.

Escribir no tiene nada que ver con significar, sino con medir, cartografiar, inclusive las comarcas venideras. Un primer tiempo de libro es el libro-raíz. El árbol es ya la imagen del mundo; también, la raíz es la imagen del árbol-mundo. Es el libro clásico, como bella interioridad orgánica, significante y subjetiva (los planos del libro). El libro imita al mundo, como el arte, a la naturaleza: por procedimientos que le son propios, y que conducen a buen término lo que la naturaleza no puede o no puede hacer ya. La ley del libro es aquella de la reflexión; el Uno que se torna dos. ¿Cómo la ley del libro podría estar en la naturaleza, dado que preside la propia división entre mundo y libro: naturaleza y arte? Uno se convierte en dos: siempre que nos encontramos de nuevo con esta fórmula -así fuera estratégicamente anunciada por Mao, y asi fuese comprendida dialécticamente" al máximum-, nos hallamos ante el más clásico y más reflexionado pensamiento, el más viejo y fatigado. La naturaleza no se conduce así: las propias raices son en ella pivotantes, con una ramificación más numerosa lateral y circular, no dicotómica. El espíritu retarda sobre la naturaleza. Hasta el libro, como realidad natural, es pivotante, con su eje, y las hojas a su derredor. Pero, el libro, como realidad espiritual, el Árbol o la Raíz, en tanto que imagen, no deja de desarrollar la ley del Uno que se convierte en dos, luego, dos que se convierte en cuatro. . . La lógica binaria es la realidad espiritual del árbol-raiz. Hasta una disciplina tan "avanzada" como la lingüistica conserva este árbol-raiz en calidad de imagen de base, que la vincula a la reflexión clásica (así Chomsky y el árbol syntagmático da comienzo en un punto S, para proceder por dicotomía). Eso es tanto como decir que este pensamiento jamás ha comprendido la multiplicidad: requiere de una fuerte unidad primordial supuesta para llegar a dos mediante un método espiritual. Y del lado del objeto, según el método natural, es indudable que se puede pasar directamente del Uno al tres, cuatro o cinco, si bien a condición siempre de disponer de una fuerte unidad primordial, esto es, la del pivote que soporta las raíces secundarias. Esto casi no mejora. Las relaciones biunívocas entre círculos sucesivos tan sólo han podido remplazar la lógica binaria de la dicotomía. La multiplicidad no es mejor comprendida por la raíz pivotante que por la dicotómica. Una opera en el objeto, en tanto que la otra lo hace en el sujeto. La lógica binaria y las relaciones biunivocas dominan aún el psicoanálisis (el árbol del delirio en la interpretación freudiana de Schreber), la lingüística y el estructuralismo, y hasta la informática.

El sistema raicilla, o raíz fasciculada, es la segunda figura del libro, de la cual nuestra modernidad se vale gustosamente. En esta ocasión, la raíz primordial ha abortado, o bien se destruye hacia su extremidad; sobre ella se va injertando una multiplicidad inmediata y cualquiera de las raíces secundarias que experimentan un gran desarrollo. Esta vez, la realidad natural aparece en el aborto de la principal raíz, pero su unidad no subsiste nada me nos como pasado o venidero, como posible. Y cabe preguntarse si la realidad espiritual y pensada no compensa este estado manifestando, a su vez, la exigencia de una unidad secreta aún más comprensiva, o de una totalidad más extensa. Sea el procedimiento de cut-up, de Burroughs: el plegado de un texto sobre otro, constitutivo de raices múltiples e, inclusive, adventicias (diríamos un esqueje), implica una dimensión suplementaria a la de los textos considerados. En esta dimensión suplementaria del plegado es en donde la unidad prosigue su trabajo espiritual. En este sentido, la obra más resueltamente parcelaria puede ser también presentada como la Obra total o el Gran Opus. Los métodos modernos, en su mayoría, valen perfectamente para hacer proliferar las series o para favorecer el crecimiento de una multiplicidad en una dirección, por ejemplo lineal, en tanto que una unidad de totalización se afirma tanto más en otra dimensión, la de un círculo o de un ciclo. Cada vez que una multiplicidad se encuentra apresada en una estructura, su crecimiento está compensado por una reducción de las leyes de combinación. Los abortadores de la unidad son aquí manifiestamente hacedores da ángeles, doctores angelici, ya que afirman una unidad propiamente angélica y superior. Las palabras de Joyce, justamente llamadas "de raíces múltiples", no rompen de hecho la unidad lineal de la palabra y hasta de la lengua, más que estableciendo una unidad cíclica de la frase, del texto o del saber. Los aforismos de Nietzsche sólo rompen la unidad lineal del saber remitiendo a la unidad cíclica del eterno retorno, presente como un no-sabido en el pensamiento, lo cual viene a significar que el sistema fasciculado no rompe verdaderamente con el dualismo, con la complementariedad de un sujeto y de un objeto, de una realidad natural y de una realidad espiritual: la unidad nunca deja de ser contrariada e impedida en el objeto, mientras que un nuevo tipo de unidad triunfa en el sujeto.

El mundo ha perdido su pivote, el sujeto ya no puede dicotomizar, siquiera; pero, accede a una unidad más alta, de ambivalencia o de sobredeterminación, en una dimensión siempre suplementaria de la de su objeto. El mundo se ha convertido en un caos; pero el libro permanece como imagen del mundo, caosmos-raicilla en lugar de cosmos raíz. Rara mistificación, ésta del libro, tanto más total cuanto más fragmentada. El libro como a imagen del mundo; de todos modos, ¡qué idea tan insulsa! Verdaderamente no basta prorrumpir en ¡Viva lo múltiple!, aun cuando esta exclamación sea difícil de lanzar. Ninguna habilidad tipográfica, lexical o inclusive sintáctica será capaz de hacerlo entender. Lo múltiple hay que hacerlo, no precisamente añadiendo siempre una dimensión superior, antes bien, por el contrario, lo más sencillamente posible, a fuerza de sobriedad, al nivel de las dimensiones de que se dispone, siempre n-1 (sólo así es como el uno forma parte de lo múltiple, estando siempre substraído). Substraer lo único de la multiplicidad a constituir; escribir a n-1. A este sistema se le podría llamar rizoma.

Un rizoma como tronco subterráneo se distingue totalmente de las raíces y raicillas. Los bulbos, los tubérculos son rizomas. Las plantas de raíz o raicillas pueden ser rizomorfas por cualquier otro concepto: la cuestión de saber si la botánica, en su especificidad, no es por entero rizomórfica. Incluso hay animales que lo son por lo que respecta a su forma de manada; las ratas son rizomas. Las madrigueras lo son en cuanto a todas sus funciones de habitat, de previsión, de desplazamiento, de evasión y de ruptura. El rizoma en sí posee muy diversas formas, desde su extensión superficial ramificada en todos los sentidos, hasta sus concreciones en bulbos y tubérculos. Cuando las ratas se deslizan unas bajo las otras. En el rizoma se encuentra lo mejor y lo peor: la patata y el grama, la mala hierba. Animal y planta, la grama, es la digitaria.

Estamos persuadidos que a nadie podríamos convencer si dejáramos de enumerar algunos caracteres aproximados del rizoma.

1º y 2º - Principios de conexión y heterogeneidad: cualquier punto de un rizoma puede ser conectado con otro cualquiera, y debe serlo. No es igual con respecto al árbol o a la raíz que fijan un punto, un orden. El árbol lingüístico al modo de Chomsky aún comienza en un punto S y procede por dicotomía. En un rizoma, a la inversa, cada rasgo no remite necesariamente a un rasgo lingüístico: eslabones semióticos de todas naturalezas están ahí conectados a modos de codificación muy distintos, eslabones biológicos, políticos, económicos, etc., poniendo en juego no sólo regímenes de signos diferentes, sino también, estatutos de estados de cosas. Las disposiciones colectivas de enunciación funcionan, en efecto, directamente en las disposiciones maquínicas, y no es posible establecer una ruptura radical entre los regímenes de signos y sus objetos. En la lingüística, aun cuando se pretende ceñirse a lo explícito y nada suponer de la lengua, se permanece en el interior de las esferas de un discurso que implica todavía modos de disposición y tipos de poder social particulares. La gramaticalidad de Chomsky, el símbolo categorial S que domina todas las frases, es primero un marcador de poder antes que un marcador sintáctico: Formarás frases gramaticalmente correctas; dividirás cada enunciado en sintagma nominal y .sintagma verbal (primera dicotomía. . .). No habrá reproche para tales modelos lingüísticos de ser excesivamente abstractos, antes bien, a la inversa, de no serlo bastante, de no alcanzar a la máquina abstracta que efectúa la conexión de una lengua con contenidos semánticos y pragmáticos de los enunciados, con las disposiciones colectivas de enunciación, con toda una micropolítica del campo social. Un rizoma no dejaría de conectar eslabones semióticos, organizaciones de poder, coyunturas remitiendo a las artes, a las ciencias, a las luchas sociales. Un eslabón semiótico es como un tubérculo que aglomera muy diversos actos, lingüísticos, pero igualmente perceptivos, mímicos, gestuales, cogitativos: no existe lengua en sí; tampoco, universalidad del lenguaje. Concurren diversos dialectos, patúa y argot, en abundancia, lenguas especiales. No existe el locutor-auditor ideal, así como no se cuenta con una comunidad lingüística homogénea. De acuerdo con una fórmula de Weinreich, "la lengua es una realidad esencialmente heterogénea". a) No hay una lengua-madre, sino toma del poder de una lengua dominante en una multiplicidad política. La lengua logra su estabilidad en torno a una parroquia, un obispado, una capital. Hace bulbo. Evoluciona por troncos y flujos subterráneos, a lo largo de valles fluviales, o líneas de ferrocarril, se desplaza por medio de manchas de aceite. (2) En la lengua siempre se pueden realizar descomposiciones estructurales internas: esto no es esencialmente distinto de una investigación de raíces. Siempre hay algo de cariz genealógico en el árbol, no se trata de un método popular. Al contrario, un método de tipo rizoma sólo puede analizar el lenguaje descentrándolo sobre otras dimensiones y demás registros. Una lengua jamás se encierra en si misma, como no sea en una función de impotencia.

3º-Principio de multiplicidad: únicamente si lo multiplica es positivamente tratado como substantivo, multiplicidad, es cuando deja de tener relación alguna con el Uno como sujeto o como objeto, como realidad natural o espiritual, como imagen y mundo. Las multiplicidades son rizomáticas, y denuncian las seudomultiplicidades arborescentes. No hay unidad que sirva de pivote en el objeto, así como tampoco que se divida en el sujeto. Ni una unidad siquiera, aun queriendo, para abortar en el objeto y para "retornar" en el sujeto. Una multiplicidad no tiene sujeto ni objeto, sino tan sólo determinaciones, grandezas, dimensiones que no pueden crecer sin que ella cambie de naturaleza (las leyes de combinación crecen, pues, mediante la multiplicidad). Los hilos de la marioneta, en tanto que rizoma o multiplicidad, no remiten a la voluntad, que se supone es única, de un artista o de un pensador, antes bien a la multiplicidad de las fibras nerviosas que, a su vez, forman otra marioneta, siguiendo otras dimensiones conectadas a las primeras: "Los hilos o los troncos que mueven a las marionetas --llamémosles la trama. Podríamos objetar que su multiplicidad resida en la persona del actor que la proyecta en el texto. Sea; pero sus fibras nerviosas forman, a su vez, una trama. Y ellas se sumergen a través de la masa gris, la retícula, hasta lo indiferenciado. . .El juego se acerca a la pura actividad de los tejedores, aquella que es atribuida por los mitos a las parcas y a los nornes. (3) Una composición es, precisamente, este crecimiento de las dimensiones en una multiplicidad que cambia inevitablemente de naturaleza a medida que aumenta sus conexiones. En un rizoma no hay puntos o posiciones, como se les encuentra en una estructura, un árbol, una raíz. No hay más que líneas. Cuando Glenn Gouid acelera la ejecución de un trozo musical no es que actúe únicamente en calidad de virtuoso, sino que transforma los puntos en líneas, haciendo proliferar el conjunto. Es que el número ha dejado de ser un concepto universal que mide elementos según su lugar en una dimensión cualquiera, para convertirse en una multiplicidad variable siguiendo las dimensiones consideradas (primacía del dominio sobre un complejo de números vinculado a este dominio). Unidades de medida no tenemos; únicamente, multiplicidades o variedades de medida. La noción de unidad nunca aparece, hasta que se produce en una multiplicidad una toma de poder por el significante, o un proceso correspondiente de subjetivación: asi la unidad-pivote que funda un conjunto de relaciones biunívocas entre elementos objetivos o puntos objetivos, o bien el Uno que se divide siguiendo la ley de una lógica binaria de la diferenciación en el sujeto. La unidad siempre actúa en el seno de una dimensión vacía, suplementaria a aquella que pertenece al sistema considerado (encodificar). Pero, precisamente, un rizoma o multiplicidad no deja nunca encifrar, no dispone jamás de dimensión suplementaria al número de sus líneas, es decir, a la multiplicidad de números destinados a esas líneas. Todas las multiplicidades son planas en tanto que ellas llenan, ocupan todas sus dimensiones: asi pues, se hablará de un plano de consistencia de las multiplicidades, aunque este "plano" sea de dimensiones crecientes conforme el número de conexiones que se establecen en él. Las multiplicidades se definen por lo externo: por la línea abstracta, línea de fuga o de desterritorialización conforme la cual transforman su naturaleza al conectarse con otras. El plano de consistencia (retícula) es la parte exterior de todas las multiplicidades. La línea de fuga señala, a un tiempo, la realidad de un número de dimensiones limitadas, que la multiplicidad llena efectivamente; la imposibilidad de toda dimensión suplementaria, sin que la multiplicidad se transforme siguiendo esta línea; la posibilidad y la necesidad de allanar todas estas multiplicidades en un mismo plano de consistencia o de exterioridad, cualesquiera que sean sus dimensiones. Lo ideal de un libro sería exponer todo sobre tal plano de exterioridad, sobre una sola página, sobre una misma zona: acontecimientos vividos, determinaciones históricas, conceptos reflexionados, individuos, grupos y formaciones sociales. Kleist inventó una escritura de este tipo, un encadenamiento destrozado de afectos, con velocidades variables, precipitaciones y transformaciones, siempre en conexión con lo externo. Anillos abiertos. También sus textos se oponen por todos conceptos al libro clásico y romántico constituido por la interioridad de una substancia o de un sujeto. El libro-máquina de guerra contra el libro- aparato de Estado. Las multiplicidades planas de n dimensiones son asignificantes y asubjetivas. Ellas son designadas por artículos indefinidos, o más pronto partitivos {del grama, del rizoma. . .). No habremos de preguntarnos, sobre todo, lo qué una multiplicidad significa ni a quién se atribuye, sino que, tratándose de una multiplicidad cualquiera, pongamos, por ejemplo, FASCISMO -horrible multiplicidad-, definida por sus líneas o dimensiones -expuestas, precisamente, en el plano de consistencia-, nos podemos preguntar según que dimensión significa esto o aquello, según que linea se atribuye a un individuo, a un grupo o a una formación social. Pues existe un fascismo individual, uno de grupo y otro de formación social. Y, precisamente, tales distinciones no son pertinentes, sino secundarias y derivadas con respecto al estudio directo de multiplicidad. (4) Es necesario golpear fuerte con el martillo, aplanar para convertirnos en forjadores del inconsciente.

4º-Principio de ruptura asignificante: contra los cortes demasiado significantes, cortes que separan las estructuras, o que atraviesan una. Un rizoma puede ser roto, quebrado en cualquier parte, vuelve a brotar siguiendo tal o cual de sus lineas y aun otras líneas. No se termina nunca con las hormigas, ya que éstas forman un rizoma animal en el cual la mayor parte puede ser destruida sin que deje de reconstruirse. Todo rizoma comprende líneas de segmentariedad, según las cuales es estratificado, territorializado, organizado, significado, atribuido, etc.; pero también líneas de desterritorialización por las que huye sin cesar. Hay ruptura en el rizoma cada vez que lineas segmentarias exploten en una línea de fuga, si bien ésta forma parte del rizoma. Estas líneas no dejan de remitirse las unas a las otras. Es por esta razón que nunca se puede dar un dualismo o una dicotomía, aun bajo la forma rudimentaria de lo bueno y lo malo. Se produce una ruptura, se traza una linea de fuga, no obstante, siempre se corre el riesgo de volver a encontrar en ella organizaciones que reestratifican el conjunto, formaciones que devuelven el poder a un significante, atribuciones que reconstituyen un sujeto -todo lo que uno quiera, desde los resurgimientos edípicos hasta las concreciones fascistas. Hemos sido conceptuados de fascistas; jamás lo seremos suficiente, hasta tal extremo somos conscientes, nosotros al menos, que el fascimo no es aquel de otros únicamente. Los grupos y los individuos contienen microfascismos que no piden sino cristalizarse. Sí, el grama es también rizoma. Lo bueno y lo malo no pueden ser más que el producto de una selección activa y temporal a empezar de nuevo. ¿Acaso los movimientos de desterritorialización, así co mo los procesos de reterritorialización no podrían ser relativos, perdurablemente empalmados, asidos los unos de los otros? La orquídea se desterritorializa formando una imagen, una reproducción exacta de la avispa; pero, la avispa se reterritorializa en esta imagen; no obstante, se desterritorializa, volviéndose una pieza en el aparato de reproducción de la orquídea; sin embargo, ella reterritorializa la orquídea transportándole el polen. La avispa y la orquídea, en tanto que heterogéneas, establecen rizoma. Se podría decir que la orquídea imita a la avispa, de la cual ella reproduce la imagen de una manera significante (mimesis, mimetismo, treta, etc.). Sin embargo, esto solo no es verdad más que a nivel de estratos -paralelismo entre dos estratos tales que una organización vegetal sobre el uno imita una organización animal sobre el otro. A un tiempo, se trata de algo completamente distinto: nada absolutamente de imitación, sino captura del código, plusvalía del código, aumento de valencia, verdadero devenir, devenir- avispa de la orquídea, devenir-orquídea de la avispa, cada uno de estos devenires asegurando la desterritorialización de uno de los términos y la reterritorialización del otro, los dos devenires encadenándose y relevándose según una circulación de intensidades que impulsa a la desterritorialización siempre más y más lejos. No hay imitación ni parecido. sino explosión de dos series heterogéneas en la linea de fuga compuesta por un rizoma común, el cual no puede ser ya atribuido ni sometido, sea lo que fuere de significante. Rémy Chauvin dice claramente: "Evolución apáratela de dos seres que en absoluto tienen nada que ver el uno con el otro". (5) Con más generalidad puede ser que los esquemas de evolución sean llevados de más en más a abandonar el viejo modelo del árbol y de la descendencia. En ciertas condiciones, un virus puede conectarse a células germinales y él mismo transmitirse como genecelular de una especie complexa: aún más: podría huir, pasar a las células de otra especie cualquiera no sin llevarse "informaciones genéricas" provenientes del primer huésped (de esta suerte son las investigaciones actuales de Penveniste y Todaro acerca de un virus del tipo C, en su doble conexión con el ADN del babuino y el ADN de ciertas especies de gatos domésticos). Los esquemas de evolución ya no se harían únicamente según modelos de descendencia arborescente, yendo del menos diferenciado al más diferenciado, sino, según un rizoma, actuando de inmediato en lo heterogéneo y saltando de una linea ya diferenciada a otra. (6) Allí aun, evolución apáratela del babuino y del gato, donde uno no es, evidentemente, el modelo del otro, así como el otro tampoco es la copia del uno (un devenir-babuino en el gato no significaría que el gato 'haga' el babuino). Por nuestra parte, hacemos rizoma con nuestro virus, o más bien son nuestros virus los que nos hacen hacer rizoma con otros animales. En opinión de Jacob, las transferencias de material genético por virus u otros procedimientos, las fusiones de células descendientes de especies diferentes, tienen resultados análogos a los "amores abominables estimados en la Antigüedad y en la Edad Media". (7) Comunicaciones transversales entre líneas diferenciadas enmarañan los árboles genealógicos. Buscar siempre lo molecular o hasta la partícula submolecular con la cual nos enlazamos. Evolucionamos y nos morimos más de gripes polimorfas y rizomáticas que de nuestras enfermedades hereditarias o de enfermedades que tienen en sí su propia descendencia. El rizoma es una antigenealogía. Lo mismo acontece con el libro y el mundo: el libro no es imagen del mundo, de acuerdo con una arraigada creencia. Hace rizoma con el mundo; hay evolución aparalela del libro y del mundo; el libro asegura la desterritorialización del mundo, pero el mundo opera una reterritorialización del libro que, a su vez, se desterritorializa en sí mismo en el mundo (de ser capaz de ello y si puede). La mimética es un muy mal concepto, que depende de una lógica binaria, para fenómenos de muy distinta naturaleza. El cocodrilo no reproduce un tronco de árbol, al igual que el camaleón no reproduce los colores de su alrededor. La Pantera rosa no imita nada, no reproduce nada, pinta el mundo de su color, rosa sobre rosa, es su devenir-mundo, para hacerse ella misma imperceptible, asignificante, labrar su ruptura, su línea de fuga, llevar hasta el final su "evolución aparalela . Sabiduría de las plantas: incluso cuando ellas son a raices, siempre hay un exterior donde hacen rizoma con alguna cosa -con el viento, con un animal, con el hombre (y también un aspecto por el cual los mismos animales construyen rizoma, y los hombres, etc.). "La embriaguez como irrupción triunfal de la planta en nosotros". Y siempre seguir el rizoma por ruptura, extender, prolongar, relevar la línea de fuga, variarla, hasta producir la línea más abstracta y tortuosa con n dimensiones, con las direcciones rotas. Conjugar los flujos desterritorializados. Seguir a las plantas: empezaremos por fijar los límites de una primera línea según los círculos de convergencia alrededor de singularidades sucesivas; y después veremos si, en el interior de esta línea, nuevos círculos de convergencia se establecen con nuevos puntos situados fuera de los límites y en otras direcciones. Escribir, construir rizoma, aumentar su territorio por desterritorialización, extender la línea de fuga hasta .el punto en donde ella cubra todo el plano de consistencia en un máquina abstracta. "Primero ve a tu primera planta, y allí observa atentamente como se derrama el agua a chorros a partir de ese punto. La lluvia ha debido transportar los granos lejos. Sigue los regueros que el agua ha cavado, así conocerás la dirección de la desembocadura. Busca, entonces, la planta, que, en esta dirección, se encuentra más alejada de la tuya. Todas las que crezcan entre estas dos son para tí. Más tarde, cuando estas últimas siembren a su vez sus granos, tú podrás, siguiendo el curso de las aguas a partir de cada una de esas plantas, ampliar su territorio". (8) La música no ha dejado de introducir sus líneas de fuga, como otras tantas "multiplicidades de transformación", incluso invirtiendo sus propios códigos los cuales la estructuren o la arborifiquen; es por esta razón por la que la forma musical, hasta en sus rupturas y proliferaciones, es comparable a la mala hierba, un rizoma. (9)

5º y 6º -Principio de cartografía y de calcomanía: un rizoma no responde a ningún modelo estructural o generativo. Es tan ajeno a toda idea de eje genético, como a la de estructura profunda. Un eje genético es como una unidad pivotal objetiva sobre la que se organizan estudios sucesivos; una estructura profunda es más bien como una serie de base descomponible en constituyentes inmediatos, mientras que la unidad de producto pasa a otra dimensión, transformacional y subjetiva. Así no se sale del modelo representativo del árbol o de la raíz-pivotal o fasciculada (por ejemplo el "árbol" chomskiano, asociado a la serie de base, y representando el proceso de su generación desde una lógica binaria). Variación sobre el más viejo pensamiento. Del eje genético o de la estructura profunda, decimos que son antes que nada principios de calco, reproducibles hasta el infinito. Toda la lógica del árbol es una lógica del calco y de la reproducción. Tanto en la lingüistica como en el psicoanálisis tiene por objeto un inconsciente el mismo representativo, cristalizado en complejos codificados, repartido sobre un eje genético o distribuido sobre una estructura sintagmática. Esta tiene como fin la descripción de un estado de hecho, la reestabilización de relaciones intersubjetivas o la exploración de un inconsciente presente, agazapado en los rincones oscuros de la memoria y del lenguaje. Consiste en calcar algo que se da completamente hecho a partir de una estructura que sobrecodifica o de un eje que soporta. El árbol articula y jerarquiza calcos, los calcos son como las hojas del árbol. Otra cosa es el rizoma, mapa y no calco. Hacer el mapa y no el calco. La orquídea no reproduce el calco de la avispa; hace mapa con la avispa en el seno de un rizoma. Si el mapa se opone al calco es porque está enteramente dirigido hacia una experimentación derivada de la realidad. El mapa no reproduce un inconsciente cerrado sobre si mismo, lo construye. Contribuye a la conexión de los campos y a levantar el bloqueo de los cuerpos sin órganos a su máxima apertura sobre un plano de consistencia. Forma parte del rizoma. El mapa es abierto, es conectable en todas sus dimensiones, desmontable, reversible, suceptible de recibir constantemente modificaciones. Puede ser roto, invertido, adaptarse a montañas de cualquier naturaleza, ser comenzada su realización por un individuo, grupo, formación social. Se le puede dibujar en un muro, concebirlo como una obra de arte, construirlo como una acción política o como una meditación. Puede ser uno de los caracte-> res más importantes del rizoma, tener siempre múltiples entradas; en este sentido, la madriguera es un rizoma animal y permite una neta distinción entre la línea de fuga como túnel de desplazamiento y los estratos de reserva o de habitación (cf. el ratón almizclero). Un mapa tiene entradas múltiples, contrariamente al calco que vuelve siempre a "lo mismo". Un mapa es cuestión de ejecución, mientras que el calco remite siempre a una presunta "competencia". Al contrario del psicoanálisis, de la competencia psicoanalítica que proyecta cada deseo y enunciado sobre un eje genético o sobre una estructura sobre codificante, y que prolonga hasta el infinito los calcos monótonos de los estadios sobre este eje o los constituyentes en esta estructura, el esquizoanálisis rechaza toda idea de fatalidad calcada, cualquiera que sea el nombre que se le dé, divino, anagógico, histórico, económico, estructural, hereditario o sintagmático. (Se ve claramente como Mélanie Klein no comprende nada del problema de cartografía de uno de sus pequeños pacientes, el niño Richard, y se contenta con trazar calcos confeccionados -Edipo, el buen padre y el malo, la mala y la buena madre, mientras que el niño trata con desesperación de proseguir una realización que el psicoanálisis desconoce absolutamente.) (10) Las impulsiones y objetos parciales no son ni estadios sobre el eje genético, ni posiciones en una estructura profunda; son opciones políticas para problemas, entradas y salidas, callejones sin salida que el niño vive políticamente, es decir, con toda la fuerza de su deseo. Sin embargo, ¿no estaremos restaurando un simple dualismo, oponiendo los mapas al calco, como un lado bueno y uno malo? ¿No es lo propio de un mapa que pueda ser calcado?; ¿no es lo propio de un rizoma cruzar raíces?; ¿confundirse a veces con ellas?; ¿acaso un mapa no implica fenómenos de redundancia que son como sus propios calcos?; ¿no tienen una multiplicidad sus estratos donde se arraigan unificaciones y totalizaciones, masificaciones, mecanismos miméticos, tomas de poder significantes, atribuciones subjetivas? Incluso las líneas de fuga ¿no van a reproducir, gracias a su divergencia eventual, las formaciones que tenían por función deshacer o cambiar? Pero lo contrario también es verdad, es una cuestión de método: Siempre hay que llevar el calco sobre el mapa. Y esta operación no es en absoluto simétrica de la precedente. Ya que, con todo rigor, no es exacto que un calco reproduzca el mapa. Es más bien como una foto, una radio que empezaría por elegir o aislar lo que tiene intención de reproducir, con la ayuda de medios artificiales, con la ayuda de colorantes u otros procedimientos de impresión. Es siempre el imitador quien crea su modelo y lo atrae. El calco ha traducido ya el mapa en imagen, ya ha transformado el rizoma en raices y raicillas. Ha organizado, estabilizado, neutralizado las multiplicidades, según ejes de significancia y de subjetivación que son sus propios ejes. Ha generado, estructuralizado el rizoma, y el calco sólo se reproduce ya a si mismo cuando cree reproducir otra cosa. Por esto es por lo que es tan nocivo. Inyecta redundancias y las propaga. Lo que el calco reproduce del mapa o del rizoma son solamente los atolladeros, los bloqueos, los gérmenes de pivote o los puntos de estructuración. Mirad el psicoanálisis y la lingüística: el uno no ha sacado nunca del inconsciente más que calcos o fotos; la otra, calcos o fotos del lenguaje, con todas las traiciones que eso supone (no es de extrañar que el psicoanálisis haya unido su suerte a la de la lingüistica). Obsérvese lo que pasaba ya con el pequeño Hans, en puro psicoanálisis infantil: no se ha cesado de ROMPERLE SU RIZOMA, de BORRARLE SU MAPA, de ponérselo al derecho, de bloquearle toda salida, hasta que desee su propia vergüenza y su culpabilidad, hasta que se enraice en él la vergüenza y la culpabilidad, FOBIA (se le cierra el rizoma del inmueble, después el de la calle, se le enraiza en la cama de los padres, se le raicilla sobre su propio cuerpo, se le bloquea sobre el profesor Freud). Freud considera explícitamente la cartografía del pequeño Hans, pero siempre y solamente para plegarla sobre una foto de familia. Y ved lo que -hace Melanie Klein con las cartas geo-políticas del pequeño Richard: saca fotos, hace calcos; adóptese la pose o se siga el eje. estadio genético o destino estructural, el rizoma propio se romperá. Nada impedirá vivir y hablar con la condición de cerrar toda salida. Cuando un rizoma es interceptado, arborificado, se acabó, nada sucede ya con el deseo; porque es siempre por rizoma como el deseo se mueve y produce. Cada vez que el deseo recorre un árbol tienen lugar recaídas internas que le hacen fracasar y le conducen a la muerte; pero el rizoma opera sobre el deseo por impulsos exteriores y productivos. Es por este rizoma por lo que resulta tan importante ensayar la otra operación inversa, pero no simétrica. Acoplar los calcos sobre el mapa, llevar las raíces o los árboles a un rizoma. Estudiar el inconsciente, en el caso del pequeño Hans, sería mostrar cómo éste intenta constituir un rizoma con la casa familiar, pero también con la línea de fuga del inmueble, de la calle, etc.; mostrar al niño cómo están cortadas esas líneas, haciéndose enraizar en la familia, fotografiar bajo el padre, calcar sobre el lecho materno; después, cómo la intervención del profesor Freud asegura una toma de poder del significante como una subjetivación de los afectos; cómo el niño ya no puede huir más que bajo la forma de un devenir-animal aprehendido como vergonzoso y culpable (el devenir-caballo del pequeño Hans, verdadera opción política). Pero siempre habría que re-situar los callejones sin salida sobre el mapa y, de este modo, abrirlos sobre las posibles lineas de fuga. Lo mismo sucedería para un mapa de grupo: mostrar en qué punto del rizoma se forman los fenómenos de masificación, de burocracia, de liderazgo, de fascistización, etc., qué líneas subsisten a pesar de todo que, aun subterráneas. continúan haciendo oscuramente rizoma. El método Deligny: hacer el mapa de los gestos y los movimientos de un niño autista, combinar varios mapas para el mismo niño, para varios niños. . .(11) Si es verdad que el mapa o el rizoma tienen esencialmente entradas múltiples, se considerará incluso que se puede entrar en él por el camino de los calcos o la vía de los árboles-raíces, teniendo en cuenta las precauciones necesarias (también ahí se renunciará a un dualismo maniqueo). Por ejemplo, nos veremos a menudo obligados a caer en atolladeros, a pasar por poderes significantes y afectaciones subjetivas, a apoyarnos sobre formaciones edípicas, paranoicas o aún peores, asi como sobre territorialidades endurecidas que hacen posibles otras operaciones transformacionales. Puede, incluso, que el psicoanálisis sirva, muy a pesar suyo, de punto de apoyo. En otros casos, al contrario, nos apoya- remos directamente sobre una línea de fuga que permita hacer estallar los estratos, romper las raíces y efectuar las nuevas conexiones. Hay pues composiciones muy diferentes, mapas-calcos, rizomas-raíces con coeficientes de desterritorialización variables. Existen estructuras de árbol o de raíces en los rizomas, pero, inversamente, una rama de árbol o una división de maíz pueden ponerse a brotar en rizoma. El punto de referencia no depende aquí de análisis teóricos que impliquen universales, sino de una pragmática que componga las multiplicidades o los conjuntos de intensidades. En el corazón de un árbol, en el hueco de una raíz, o en la axila de una rama, un nuevo rizoma puede formarse. O bien es un elemento microscópico del árbol- raiz, una raicilla, la que comienza la producción del rizoma. La contabilidad y la burocracia proceden por calcos: sin embargo, pueden ponerse a brotar, a lanzar tallos de rizoma, como en una novela de Kafka. Un trazo intensivo se pone a trabajar por su cuenta, una percepción alucinatoria, una sinestesia, una mutación perversa, un juego de imágenes se liberan, y la hegemonía del significante se encuentra puesta en cuestión. Las semióticas gestuales, mímicas, lúdicas, etc., recobran su libertad en el niño y se separan del "calco", es decir, de la competencia dominante de la lengua del educador . un acontecimiento microscópico trastorna el equilibrio del poder local. Así, los árboles generativos, construidos' sobre el modelo sintagmático de Chomsky, podrían abrirse en todos los sentidos, hacer rizoma a su vez. (12) Ser rizomorfo es producir tallos y fila-mentos que tienen el aspecto de raíces, o mejor aún se conectan con éstos, penetrando en el tronco, libres para servir a nuevos usos extraños. Estamos cansados del árbol. No debemos creer ya en los árboles, en las raices ni en las raicillas, hemos sufrido demasiado por ello. Toda la cultura arborescente se basa en ellos, desde la biología hasta la lingüistica. Al contrario, nada es bello, nada es amoroso, nada es político excepto los tallos subterráneos y las raices aéreas, lo adventicio y el rizoma. Amsterdam, ciudad nada enraizada, ciudad rizoma con sus canales-tallos, donde la utilidad se conecta con la mayor locura en su relación con una máquina de guerra comercial. El árbol o la raíz inspiran una triste imagen del pensamiento que no cesa de imitar lo múltiple a partir de una unidad superior, centro o segmento. En efecto, si se considera el conjunto ramas-raíces, el tronco desempeña el papel de segmento opuesto para uno de los subconjuntos recorridos de abajo arriba: un tal segmento será un "dipolo de unión" a diferencia de los "dipolo unidades" que forman los rayos que emanan de un solo centro. (13) Los mismos lazos pueden proliferar como en el sistema raicilla, pero no se sale nunca del Uno-Dos, y de las multiplicidades únicamente fingidas. Las regeneraciones, las reproducciones, los retornos, las hidras y las medusas tampoco nos hacen salir de ahí. Los sistemas arborescentes son sistemas jerárquicos que comprenden centros de significancia y de subjetivación, autómatas centrales como memorias organizadas. Esto es así porque los modelos correspondientes son tales que un elemento no recibe sus informaciones más que de una unidad superior y una afectación subjetiva de vínculos preestablecidos. Esto puede observarse en los problemas actuales de informática y máquinas electrónicas, que todavía conservan el más viejo pensamiento en la medida en que confieren el poder a una memoria o a un órgano central. En un bello artículo que denuncia "la imaginería de arborescencias de mando" (sistemas centrados o estructuras jerárquicas) Pierre Rosenstiehí y Jean Petitot señalan: "Admitir la primacía de las estructuras jerárquicas implica privilegiar las estructuras arborescentes. (...) La forma arborescente admite una explicación topológica. (...). En un sistema jerárquico, un individuo sólo admite a un vecino activo, su superior jerárquico. (...) Los canales de trasmisión están preestablecidos: la arborescencia preexiste al individuo que se integra en ella en un lugar preciso" (significancia y subjetivación). Los autores señalan, a propósito de esto, que. incluso cuando se cree alcanzar una multiplicidad, puede ocurrir que esta multiplicidad sea falsa -lo que nosotros llamamos tipo raicilla- porque su presentación o su enunciado de apariencia no jerárquica, de hecho, no admiten más que una solución totalmente jerárquica: así, el famoso teorema de la amistad, "si en una sociedad dos individuos cualesquiera tienen exactamente un amigo común, entonces existe un individuo amigo de todos los otros" (como dicen Rosentiehí y Petitot, ¿quién es el amigo común?, "¿el amigo universal de esta sociedad de parejas, maestro, confesor, médico?; tantas ideas que están extrañamente alejadas de los axiomas de partida", ¿el amigo del género humano?, ¿o bien el filósofo tal como aparece en el pensamiento clásico, incluso si es la unidad abortada que no vale más que por su propia ausencia o su subjetividad, diciendo yo no sé nada, yo no soy nada?). Los autores hablan a este respecto de teoremas de dictadura. Tal es el principio de los árboles-raices o la salida, la solución de las raicillas, la estructura del Poder. (14) A estos sistemas centrados, los autores oponen sistemas acentrados, redes de autómatas finitos donde la comunicación se hace de un vecino a cualquier otro, donde los tallos o canales no preexisten, donde todos los individuos son intercambiables, se definen únicamente por un estado en tal momento, de tal manera que las operaciones locales se coordinen y que el resultado final global se sincronice independientemente de una instancia central. Una transducción de estados intensivos reemplaza a la topología, y el "el grafo que regula la circulación de información es de alguna manera lo contrario del grafo jerárquico. . . El grafo no tiene ninguna razón de ser un árbol" (nosotros llamábamos mapa a tal grafo). Problema de la máquina de guerra o del Firing-Squad: ¿es necesario un general para que n individuos lleguen al mismo tiempo al estado fuego? la solución sin General se encuentra mediante una multiplicidad acentrada que comprenda un número finito de estados y señales de velocidad correspondiente desde el punto de vista de un rizoma de guerra o de una lógica de la guerrilla. Se demuestra incluso que tal multiplicidad, composición o sociedad maquínicas, rechaza como "intruso asocial" a todo autómata centralizador, unificador. (15) N, a partir de aquí es siempre n-1. Rosenstiehí y Petitot insisten sobre esto, es decir sobre que la oposición centrado-acentrado vale menos por las cosas que representa que por los modos de cálculo que aplica a las cosas. Unos árboles pueden corresponder al rizoma o, inversamente, brotar en rizoma. Y generalmente es verdad que una misma cosa admite los dos modos de cálculo o los dos tipos de regulación, aunque no sin cambiar singularmente de estado en uno u otro caso. Tomemos, una vez más, como ejemplo, al psicoanálisis: no solamente en su teoría, sino también en su práctica de cálculo y tratamiento, somete al inconsciente a estructuras arborescentes, a grafos jerárquicos, a memorias recapituladoras, a órganos centrales, falos, arbol-falo. El psicoanálisis no puede a este respecto cambiar de método: sobre una concepción dictatorial del inconsciente, funda su propio poder dictatorial, el poder: de los psicoanalistas sobre los psicoanalizados. y de las sociedades de psicoanálisis sobre los psicoanalistas. El margen de maniobra del psicoanálisis está así muy limitado, siempre hay un general, un jefe, tanto en el psicoanálisis como en su objeto (general Freud). Por el contrario, tratando el inconsciente como un sistema acentrado es decir, como una red maquínica de autómatas finitos (rizoma), el esquizo-análisis accede a un estado completamente distinto del inconsciente. Las mismas observaciones sirven para la lingüística; Rosenstiehí y Petitot consideran acertadamente la posibilidad de una "organización acentrada de una sociedad de palabras". Tanto para los enunciados como para los deseos, la cuestión nunca estriba en reducir el inconsciente, en interpretarlo o en hacerlo significar según un árbol La cuestión es producir el inconsciente y, con él, nuevos enunciados, otros deseos: el rizoma es esta producción del inconsciente mismo. Es curioso como el árbol ha dominado la realidad occidental y todo el pensamiento occidental, de la botánica a la biología, la anatomía, pero también la gnoseología la teología, la ontología, toda la filosofía...: el fundamento raíz. Grund, roots y fundations.

Occidente tiene una relación privilegiada con el bosque y con la tala; os campos conquistados al bosque se pueblan de cereales, objeto de una cultura de razas de tipo arborescente; la cría, a su vez, desplegada en barbecho, selecciona las razas que forman toda una arborescencia animal. Oriente presenta otro rostro: la relación con la estepa y el jardín (en otros, casos, el desierto y el oasis), más bien que con el bosque y el campo; una cultura de tubérculos –que procede por fragmentación de los propios individuos; una separación, una puesta entre paréntesis de la cría confinada en espacios cerrados o rechazada a la estepa de los nómadas. Occidente, agricultura de un linaje elegido con muchos individuos variables; Oriente, horticultura de un pequeño número de individuos remitiendo a una gran gama de "clones". ¿No hay en Oriente, sobre todo en Oceanía, como un modelo rizomático que se opone por todos conceptos al modelo occidental del árbol? Haudricourt ve en ello incluso una razón de la oposición entre las morales y las filosofías de la trascendencia, caras a Occidente y las de la inmanencia en Oriente: el Dios que siembra y siega por oposición al Dios que pica y destierra (la picadura contra la siembra). (16) Trascendencia, enfermedad propiamente europea. Y no es la misma música; la tierra no tiene allí la misma música. Y no es, en absoluto, la misma sexualidad: las semillas, aunque reúnan los dos sexos, someten la sexualidad al modelo de la reproducción; el rizoma, por el contrario, es una liberación de la sexualidad no solamente con relación a la producción, sino también con relación a la genitalidad. Entre nosotros el árbol se ha plantado en los cuerpos, ha endurecido y estratificado hasta los sexos. Habría que dejar un lugar aparte para América. Naturalmente no está exenta del dominio de los árboles y de una búsqueda de las raíces. Esto se ve hasta en la literatura, en la búsqueda de una identidad nacional e incluso de una ascendencia o genealogía europeas (Kérouac parte en busca de sus antepasados). Por lo demás, todo lo que ha pasado de importante, todo lo importante que sucede procede por rizoma americano: beatnik, underground, subterráneos, bandas y gangs, presiones laterales sucesivas en conexión inmediata con un exterior. Diferencia del libro americano con el libro europeo, incluso cuando el americano corre tras los árboles. Diferencia en la propia concepción del libro. Y en América, las direcciones no son las mismas: es en el Este donde se hace la búsqueda arborescente y la vuelta al viejo mundo. Pero, el Oeste es rizomático con sus Indios sin ascendencia, con su limite siempre huidizo, sus fronteras móviles y desplazadas. Todo un "mapa" americano al Oeste donde hasta los árboles hacen rizoma. América ha invertido las direcciones: ha puesto su oriente al oeste, como si la tierra se hubiera vuelto redonda precisamente en América; su Oeste es la franja misma del Este. (17) (No es la India, como creía Haudriccurt, la que hace de intermediaria entre Occidente y Oriente, es América la que hace de pivote y de mecanismo de inversión). La cantante americana Patti Smith canta la biblia del dentista americano: no busquéis la raíz, seguid el canal. . .
¿No habría, también, dos burocracias e, incluso, tres (y aún más)? La burocracia occidental: su origen agrario, . catastral, las raíces y los campos, los árboles y su papel de fronteras, el gran censo de Guillermo el Conquistador, la feudalidad, la política de los reyes de Francia, asentar el Estado sobre la propiedad, negociar las tierras mediante la guerra, los procesos y los matrimonios.
¿Sucede lo mismo en Oriente? Es demasiado fácil, sin duda, presentar un Oriente de rizoma y de inmanencia; pero el Estado no actúa según un esquema de arborescencia correspondiente a clases preestablecidas, arborificadas y enraizadas; es una burocracia de canales, por ejemplo, el famoso poder hidráulico de "propiedad débil" donde el Estado engendra clases canalizantes y canalizadas (cf. lo que nunca ha sido refutado en las tesis de Wittfogel). El déspota actúa allí como río y no como una fuente que aún sería un punto, punto-árbol o raíz; antes se desposa con las aguas que se sienta bajo el árbol; y el propio árbol de Buda se convierte en rizoma; el rio de Mao y el árbol de Louis. América, ¿no ha procedido también aquí como intermediaria? Porque ella actúa a la vez mediante exterminios, liquidaciones internas (no sólo los indios, sino también los granjeros, etc.) y por oleadas sucesivas de inmigraciones externas. El flujo del capital produce allí un inmenso canal, una cuantificación de poder, con los "quanta" inmediatos donde cada uno goza a su manera en el paso del flujo-dinero (de ahí el mito-realidad del pobre que se convierte en millonario para volver a convertirse en pobre): todo se reúne así en América, a la vez árbol y canal, raíz y rizoma. No hay capitalismo universal y en sí, el capitalismo está en el crecimiento de toda clase de formaciones, es siempre por naturaleza neo-capitalismo, inventa para lo peor su cara oriental y su cara occidental y su modificación de las dos. Al mismo tiempo, vamos por un mal camino con todas estas distribuciones geográficas. Un atolladero, tanto mejor. Si se trata de mostrar que los rizomas tienen también su propio despotismo, su propia jerarquía, más duros aún, muy bien porque no hay dualismo, nada de dualismo ontológico aquí y allá, nada de dualismo axiológico de lo bueno y de lo malo, nada de mezclas o síntesis americanas. Hay, en los rizomas, nudos de arborescencia e impulsos rizomáticos en las raíces. Aún más, hay formaciones despóticas de inmanencia y canalización, propias de los rizomas. Hay deformaciones anárquicas en el sistema trascendente de los árboles, raíces aéreas y tallos subterráneos. Lo que cuenta es que el árbol-raíz y el rizoma-canal no se oponen como dos modelos: el uno actúa como modelo y> calco trascendentes, aunque engendre sus propias fugas; el otro actúa como proceso inmanente que invierte el modelo y bosqueja un mapa, aunque constituya sus propias jerarquías, aunque suscite un canal despótico. No se trata de tal o cual lugar sobre la tierra, ni de tal o cual momento en la historia y aún menos de tal o cual categoría en el espíritu. Se trata del modelo que no cesa de erigirse y de desmoronarse, y del proceso que no cesa de alargarse, romperse y recomenzar. Otro o nuevo idealismo, no Problema de la escritura: se necesitan absolutamente expresiones inexactas para designar algo exactamente. Y en absoluto porque habría que pasar por ellas, en absoluto porque sólo se podría proceder por aproximaciones: la inexactitud no es de ningún modo una aproximación sino que, al contrario, es el paso exacto de lo que se hace. No invocamos un dualismo más que para rechazar otro. No nos servimos de un dualismo de modelos más que para llegar a un proceso que rechazaría todo modelo. Al lector corresponde tener Itrorrectores cerebrales que deshagan los dualismos que nosotros no hemos querido hacer, por los que nosotros pasamos. Al lector corresponde llegar a la fórmula mágica que todos buscamos. PLURALISMO =MONISMO. pasando por todos los dualismos que son el enemigo, pero enemigo completamente necesario, el mueble que no cesamos de desplazar. Resumamos los caracteres principales de un rizoma: a diferencia de los árboles o de sus raíces, el rizoma conecta un punto cualquiera con otro punto cualquiera, y cada uno de sus trazos no remite necesariamente a trazos de la misma naturaleza, pone en juego regímenes de signos muy diferentes e incluso estados de no-signos. El rizoma no se deja reducir ni a lo Uno ni a lo múltiple. No es el Uno que se convierte en dos, ni tampoco que se convertiría directamente en tres. cuatro o cinco, etc. No es un múltiple que deriva del Uno, ni al que se añadiría el Uno (n+1). No se compone de unidades sino de dimensiones. Constituye multiplicidades lineales de n dimensiones, sin sujeto ni objeto, que pueden disponerse en un plano de consistencia del que siempre se sustrae el Uno (n-1). Tal multiplicidad no varía sus dimensiones sin cambiar su misma naturaleza y metamorfosearse. Por oposición a una estructura que se define por un conjunto de puntos y posiciones, relaciones binarias entre los puntos y relaciones biunívocas entre las posiciones, el rizoma sólo está compuesto de líneas: líneas de segmentariedad, de estratificación como dimensiones, pero también línea de fuga o de desterritorializacion como dimensión máxima según la cual, siguiéndola, la multiplicidad se metamorfosea cambiando de naturaleza No deben confundirse tales líneas o lineamientos con las líneas de tipo arborescente que sólo son lazos entre puntos y posiciones. Por oposición al árbol, el rizoma no es objeto de reproducción: ni reproducción externa como el árbol-imagen, ni reproducción interna como la estructura-árbol. el rizoma es una antigenealogía. El rizoma procede por variación, expansión, conquista, captura, picadura Por oposición al grafismo, al dibujo o a la foto, por oposición a los calcos, el rizoma se remite a un mapa que debe producirse, construirse, siempre desmontable, conectable, invertible, modificable. con entradas y salidas múltiples, con sus líneas de fuga. Son los calcos los que hay que llevar sobre los mapas y no a la inversa. Contra los sistemas centrados (incluso policentrados). de comunicación jerárquica y vínculos preestablecidos, el rizoma es un sistema acentrado. no jerárquico y no significante, sin General, sin memoria organizadora o autómata central, definido únicamente por una circulación de estados. De lo que se trata en el rizoma es de una relación con la sexualidad, pero también con el animal, con el vegetal, con las cosas de la naturaleza y del artificio, completamente diferente de la relación arborescente: todas las clases de "devenires". Llamamos planicie a toda multiplicidad conectable con otras por tallos subterráneos superficiales para formar y extender un rizoma. Nosotros escribimos este libro como un rizoma. Lo hemos compuesto de planicies. Le hemos dado una forma circular, pero por pura broma. Cada mañana nos levantábamos y cada uno de nosotros se preguntaba qué planicies iba a tomar, escribiendo cinco líneas por aquí, diez por allá. Hemos tenido experiencias alucinadoras, hemos visto a las líneas, como pequeñas hormigas, dejar una planicie para alcanzar otra: hemos hecho círculos de convergencia. Cada planicie puede ser leída posiblemente no importa en' qué lugar y puesta en relación con no importa cuál otra. Para lo múltiple se necesita un método que lo haga efectivamente; ninguna astucia tipográfica, ninguna habilidad de léxico, mezcla o creación de palabras, ninguna audacia sintáctica pueden reemplazarlo. Estas, en efecto, no son casi siempre más que procedimientos miméticos destinados a diseminar o dislocar una unidad mantenida en otra dimensión por un libro-imagen. Tecnonarcisismo. Las creaciones tipográficas, de léxico o sintácticas sólo son necesarias si cesan de pertenecer a la forma de expresión de una unidad oculta para convertirse ellas mismas en una de las dimensiones de la multiplicidad considerada; nosotros conocemos escasos logros en este género. (18) Por nuestra cuenta, nosotros no hemos sabido hacerlo. Sólo hemos empleado palabras que, a su vez funcionaban para nosotros como planicies. RIZOMATICO ESQUIZOANALISIS ESTRATO-ANALISIS PRAGMÁTICA MICRO-POLÍTICA. Estas palabras son conceptos, pero los conceptos son líneas, es decir, sistemas de números vinculados a tal o cual dimensión de las multiplicidades (estratos, cadenas moleculares, líneas de fuga o de ruptura, círculos de convergencia, etc.). En ningún caso aspiramos al título de una ciencia. No sabemos más de cientificidad que de ideología, sino sólo de composiciones. No hay más que composiciones maquínicas de deseo, así como composiciones colectivas de enunciación. Nada de significancia y nada de subjetivación: escribir a n (toda enunciación individualizada permanece prisionera de los significados dominantes, todo deseo significante remite a sujetos dominados). Una composición en su multiplicidad trabaja a la vez forzosamente sobre flujos semióticos, flujos materiales y flujos sociales (independientes de la recuperación que puede hacerse en un corpus teórico o científico). Ya no se está ante una tripartición entre un campo de realidad, el mundo, una campo de representación, el libro, y un campo de subjetividad, el autor. Si no que una composición pone en conexión determinadas multiplicidades tomadas en cada uño de estos órdenes, aunque un libro no tenga su continuación en el libro siguiente, ni su objeto en el mundo ni su sujeto en uno o varios autores.
Brevemente, nos parece que la escritura nunca se hará bastante en nombre de un exterior. El exterior no tiene imagen, ni significación, ni subjetividad. El libro, composición con el exterior, contra el libro-imagen del mundo. Un libro-rizoma, ya no dicótomo, pivotante o fasciculado. No hacer nunca raíz, ni plantarla, aunque sea difícil no recaer en esos viejos procedimientos. "De hecho, todas las cosas que se me ocurren, no se me ocurren desde su raíz, sino sólo desde algún punto situado en su mitad. Que intente entonces alguien agarrarlas, que alguien intente coger una hierba y retenerla junto a si, cuando esta hierba sólo crece desde la mitad del tallo para arriba". (19) ¿Por qué esto es tan difícil? Se trata ya de una cuestión de semiótica perceptiva. No es fácil percibir las cosas por el medio y no de arriba abajo o inversamente de izquierda a derecha o inversamente, inténtese, y se verá como todo cambia. Se escribe la historia, pero siempre se la ha escrito desde el punto de vista de los sedentarios y en nombre de un aparato unitario de Estado, lo menos posible incluso cuando se habla de nómadas. RIZOMATICA=NOMADOLOGIA. Sin embargo, también hay raros y grandes logros, por ejemplo, a propósito de las cruzadas de niños: el libro de Marcel Schwob que multiplica los relatos como otras tantas planicies de dimensiones variables. El libro de Andrzejewski, Las puertas del Paraíso, compuesto de una sola frase ininterrumpida, flujo de niños, flujo de marcha con pataleo, estiramiento, precipitación, flujo semiótico de todas las confesiones de niños que vienen a declararse al viejo monje situado a la cabeza del cortejo, flujo de deseo y sexualidad, cada uno partió por amor y más o menos llevado directamente por el negro deseo póstumo y pederástico del conde de Vendóme, con círculos de convergencia -lo importante no es que los flujos hagan "Uno o múltiple", no estamos ya allí: hay una composición colectiva de enunciación, una composición maquínica de deseo, la una en la otra y enlazadas sobre un prodigioso exterior que hace multiplicidad de todos modos. Y, después, más recientemente, el libro de Armand Farrachi sobre la IV? cruzada. La dislocation, en el que las frases se distancian y se dispersan, o bien se atropellan y coexisten, y las letras, la tipografía se pone a bailar a medida que la cruzada delira. (20) He aquí modelos de escritura nómada y rizomática La escritura se desposa con una máquina de querrá y las líneas de fuga, abandona los planos, las segmentariedades, la sedentariedad, el aparato de Estado. Pero ¿por qué aún se necesita un modelo? ¿No es el libro todavía una ..imagen" de las cruzadas? ¿No hay todavía una unidad mantenida como unidad piyotanteenel caso de Schwob, como unidad abortada en el caso de Fa^achi, como unidad del Conde mortuorio en el caso mas bello de las Puertas del Paraíso? ¿Es necesario un nomadismo mas profundo que el de las cruzadas, el de los verdaderos nómadas o bien el nomadismo de los que ni siquiera se menean y que ya no imitan nada? Solamente componen. ¿Cómo encontrará el libro un exterior suficiente con el que pueda componer en lo heterogéneo, más bien que un mundo a reproducir? Cultural, el libro es forzosamente un calco: calco de sí mismo, calco del libro precedente del mismo autor, calco de otros libros cualesquiera que sean las diferencias, calco interminable de conceptos y palabras empleadas. calcado del mundo presente, pasado o por venir (21) Pero el libro anticultural todavía puede ser atravesado por una cultura demasiado pesada- sin embargo. hará de ella un uso activo de olvido y no de memoria, de subdesarrollo y no de progreso a desarrollar, de nomadismo y no de sedentarismo, de mapa y no de calco, RIZOMÁTICO=ANÁLISIS POP, aunque el pueblo tiene algo más que hacer que leerlo, aunque los cuadernos de cultura universitaria o de pseudocientificidad siguen siendo demasiado penosos o pesados. Porque, sabedlo, la ciencia estaría completamente loca si se la dejara hacer, mirad las matemáticas, no son una ciencia sino prodigioso argot, y nomádico. Incluso y, sobre todo, en el dominio teórico. no importa qué fundamento precario y pragmático vale más que el calcado de conceptos, con sus cortes y progresos que no cambian nada. La imperceptible ruptura, antes que el corte significante. Jamás la historia ha comprendido el nomadismo, jamás el libro comprendió lo exterior. Escribir para los que no saben leer: las gentes ríen burlonamente "sois los peores universitarios, ¿no os dais cuenta de las palabras que utilizáis y de vuestro chantaje al saber?", nosotros no respondemos, no tenemos la misma concepción del libro, nunca nos hemos citado nosotros mismos, nunca hemos entonado el canto de la vanguardia estilo Bouillant Achille o Tel Quel. Entonces, NO NOS MOLESTES. Edith Piaf. Qué placer si la gente dice: nos decepcionan, se han vuelto locos. Y si dicen: no se renuevan, tanto mejor también. Estamos en otra parte. ¿Qué es lo que hacen los nómadas? Ellos han inventado la máquina de guerra contra el aparato de Estado, totalmente diferente al aparato de Estado. Rizoma de una máquina de guerra contra el árbol-Estado. La arborescencia es justamente el poder de Estado. En el curso de una larga historia el Estado ha sido el modelo del libro y del pensamiento: el logos, el filósofo-rey, la trascendencia de la idea, la interioridad del concepto, la república de los espíritus, el tribunal de la razón, los funcionarios del pensamiento, el hombre legislador y sujeto. Pretensión del Estado de ser la imagen interiorizada de un orden del mundo, y de enraizar al hombre. Pero la relación de una máquina de guerra con lo exterior no es otro "modelo", es una composición que hace- que el pensamiento mismo se vuelva nómada y el libro una pieza para todas las máquinas móviles, un tallo para un rizoma (Kleist y Kafka contra Goethe). La mayoría de los libros que citamos son libros que amamos (a veces, por razones secretas o perversas). Poco importa que unos sean muy conocidos, otros poco conocidos y otros olvidados. Sólo quisiéramos citar con amor. No pretendemos constituir una Suma o reconstituir una Memoria, sino más bien proceder por olvido y sustracción, hacer así un rizoma, hacer máquinas sobre todo desmontables, formar medios que dejen un momento sobrevivir ora esto, ora aquello: cuadernos desmenuzables en las sopas. Mejor aún. un libro funcional, pragmático: escoged lo que queráis. El libro ha dejado de ser un microcosmos, a la manera clásica o a la manera europea. El libro no es una imagen del mundo y menos aún un significante. No es una bella totalidad orgánica, no es tampoco una unidad de sentido. Cuando se le pregunta a Michel Foucault qué es para él un libro, responde: es una caja de herramientas. Proust, que pasa, sin embargo, por altamente significante, decía que su libro era como las gafas: ved si os convienen, si percibís gracias a ellas lo que de otro modo no hubierais pedido percibir; si no, dejad mi libro, buscad otros que os irían mejor. Encontrad trozos de libros, los que os sirven o los que os van. Nosotros no leemos ni escribimos ya a la antigua usanza. No hay muerte del libro, sino otra manera de leer. En un libro no hay nada qué comprender, pero si mucho de qué aprovecharse. Nada a interpretar ni a significar, pero mucho a experimentar. El libro debe formar máquina con alguna cosa, debe ser una pequeña herramienta en un exterior. No representación del mundo, ni mundo como estructura significante. El libro no es árbol-raíz; es pieza de un rizoma, planicie de un rizoma para el lector al que conviene. Las combinaciones, las permutaciones, las utilizaciones no son nunca interiores al libro, sino que dependen de las conexiones con tal o cual exterior. Sí, tomad de él lo que queráis. Nosotros no pretendemos hacer escuela; las sectas, las capillas, las iglesias, las vanguardias y las retaguardias son aún árboles que tanto en su elevación como en sus caídas ridículas aplastan todo lo que sucede de importancia. Escribir a n, n-1, escribir por slogans: Haced rizoma y no raíz, ¡no plantéis jamás! ¡No sembréis, picad! ¡No seáis uno ni múltiple, sed multiplicidades! ¡Haced la linea y jamás el punto! ¡La velocidad transforma el punto en línea! (22) ¡Sed rápidos, incluso sin cambiar de lugar! Línea de suerte, línea de cadera, (*) línea de fuga. ¡No suscitéis un General en vosotros! ¡Haced mapas y no fotos ni dibujos! Sed la Pantera rosa y que vuestros amores sean aún como la avispa y la orquídea, el gato y el babuino.

NOTAS

(1) Cf. Francoise Robert, "Aspeéis sociaux du changement dans une grammaire generativo", en "Langages", n. 32, dic. 1973, p. 90.
(2) Cf. Bertil Maimberg, "Los nuevos caminos de la lingüística" México siglo XXI editores (1971); (el ejemplo del dialecto castellano), p. 72.
(3) Ernst Jünger, "Approches drogues et ivresse", tr. fr. Table ronde, p. 304, 218.
(4) Método: no se buscará un género común del que los fascismos, e incluso los totalitarismos, serían las especies. Tampoco se buscará una especie propia de los fascismos, o bien al fascismo alemán, que sería diferente de todas las otras. Por el contrario, a cualquier nivel de generalidad o de especificidad que se tome el concepto, se le considerará como una multiplicidad definida por sus dimensiones (hay toda clase de fascismos alemanes en la misma época, con "corrientes" de derecha, corrientes de izquierda, líneas de masa, líneas de fuga, grandezas urbanas y grandezas rurales, etc.) J.-P. Faye lo ha mostrado de una manera que nos parece definitiva. La significación tomada por el fascismo en tal momento, así como su atribución, dependen de las dimensiones que predominan sobre las demás, de las líneas que se desarrollan en detrimento de las otras. Las cuestiones de significación y de atribución son siempre secundarias con relación a un concepto cualquiera considerado, en primer lugar, como multiplicidad: sea una proposición del tipo: "Ninguna forma de superyó es inferible de un individuo a una sociedad dada". Es un mal método. No hay ninguna forma de concepto cuyo contenido se atribuiría exclusivamente (o en principio) o bien a individuos, o bien a colectividades. Si el concepto designa verdaderamente una multiplicidad se atribuye a las sociedades siguiendo tales de sus líneas, a grupos y familias según tales otras, a individuos según tales otras también; y cada cosa a la cual se atribuye es, a su vez, una multiplicidad. Si no, se trata de un mal concepto (se habría sospechado esto para el superyó, así como para la mayor parte de los conceptos psicoanalíticos que proceden por falsas concentraciones y también por falsa diferenciación).
(5) Rémy Chauvin, "Entretiens sur la sexualité", Pión, p. 205 (6) Sobre los trabajos de R. E. Benveniste y G. J. Todaro cf Yves Chnsten, "Le role des virus dans 1'évolution", en "La Recherche", n. 54, marzo 1975: "Los virus pueden, tras integración-extracción en una célula, llevarse, a consecuencia de un error de excisión .fragmentos de DNA de su huésped y transmitirlos a nuevas células-' esto es por otra parte la base de lo que se llama "engineering genética . De ello resulta que la información genética propia de un organismo podría transferirse a otro gracias a los virus. Si uno se interesa por las situaciones extremas, puede imaginarse incluso que esta transferencia de información podría efectuarse de una especie más evolucionada a una especie menos evolucionada o generadora de la precedente. Este mecanismo actuaría, pues, en sentido contrario del que utiliza la evolución de manera clásica. Si tales pasos de información hubieran tenido una gran importancia, se hubiera llegado en ciertos casos a "sustituir por esquemas reticulares (con comunicaciones entre ramas tras su diferenciación) a los esquemas en matorral o en árbol que sirven hoy para representar la evolución" (p.271)
(7) Francois Jacob> "La logique du vivant", Gallimard, pp. 312- 333 (trad. castellana: "La lógica de lo viviente", Barcelona, Laia).
(8) Carlos Castañeda, "L'herbe du diable et la petite fumée" tr fr. le Soleil noir, p. 160.
(9) Fierre Boulez, "Par volonté et par hasard", Seuil, p. 14: "Usted la planta en un cierto terreno, y de golpe se pone a proliferar como la mala hierba...". Y "passim", sobre la proliferación musical, p. 89: "una música que flota donde la propia escritura aporta para el instrumentista una imposibilidad de conservar una coincidencia con un tiempo pulsado".
(10) Cf. Mélanie Klein, "Psychanalyse d'un enfant", tr. fr. Tchou (el papel de los mapas de guerra en las actividades de Richard).
(11) "Cahiers de 1'Immuable I, Légendes de Fernand Deligny" ("Recherches", n. 8, abril, 1975). (12) Cf. Dieter Wunderlich, "Pragmatique, situation d'énontiation et Deixis", en "Langages", n. 26, junio 1972, pp. 50 ss. (Las tentativas de Mac Cawley, de Sadock y de Wunderlich para introducir "propiedades pragmáticas" en los árboles chomskianos.)
(13) Cf. Julien Pacotte, "Le réseau arborescent, schéme primordial de la pensée", Hermann, 1936. Este libro analiza y desarrolla diversos esquemas de la forma de arborescencia, que no es presentada como un simple formalismo, sino como "el fundamento real del pensamiento formal". Lleva al extremo el pensamiento clásico. Recoge todas las formas del Uno-Dos, teoría del dipolo. El conjunto tronco-raíces-ramas da lugar al siguiente esquema: Más recientemente, Michel Serres analiza las variedades y secuencias de árboles en los más diferentes dominios científicos: cómo el árbol se forma a partir de una "red" ("La traducción", Minuit, pp. 27 ss.; "Feux et signaux de brume", Grasset, pp. 35 ss.).
(14) Fierre Rodenstiehl y Jean Petitot, "Automate asocial et systemes acentrés", en "Communications", n. 22, 1974. Sobre el teorema de la amistad, cf. H. S. Wilf, "The Friendship Theorem in Combinatorial Mathematics", Weish Academic Press; y sobre un teorema del mismo tipo, llamado de indecisión colectiva, cf. K. J. Arrow, "Choix collectif et préférences individuelles", tr. fr. Calmann-Lévy.
(15) "Ibíd". El carácter principal del sistema acentrado es que las iniciativas locales se coordinan independientemente de una instancia central, haciéndose el cálculo en el conjunto de la red (multiplicidad). "Por esto es por lo que el único lugar donde puede constituirse un fichero de las personas es en las propias personas, únicas capaces de llevar su descripción y de mantenerla al día: la sociedad es el único fichero posible de las personas. Una sociedad acentrada natural rechaza como intruso asocial al autómata centralizador" (p. 62). Sobre "el teorema del Firing Squad", pp. 51-57. Sucede incluso que los generales, en su sueño de apropiarse de las técnicas formales de guerrilla recurran a "multiplicidades" "de módulos síncronos", "a base de células ligeras numerosas, pero independientes" que no incluyen teóricamente más que un mínimum de poder.central y "enlace jerárquico": así Guy Brossollet, "Essai sur la non-bataille , Berlín, 1975.
(16) Sobre la agricultura occidental de los cereales y la horticultura oriental de los tubérculos, sobre la oposición sembrar-picar, sobre las diferencias con relación a la cría de animales, cf. Haudricourt, "Domestication des animaux, culture des plantes et traitement d'áutrui" ("L'Homme", 1962) y "L'origine des clones et des clans" ("L'Homme", enero, 1964). El maíz y el arroz no son objeciones: son cereales "adoptados tardíamente por cultivadores de tubérculos" y tratados de manera análoga; es probable que el arroz apareciera como una mala hierba de las zanjas de regadío".
(17) Cf. Leslie Friedler, "Le retour du Peau-rouge", tr. fr Seuil. Se encuentra en este libro un muy bello análisis de la geografía de su papel mitológico y literario en América y de la inversión de' las direcciones. Al este, la búsqueda de un código propiamente americano y también de una recodificación con Europa (Henry James, Eliot, Pound, etc.); la sobrecodificación esclavista al sur, con su propia ruma y la de las plantaciones en la guerra de Secesión (Faulkner, Caldweil...); la decodificación capitalista procedente del norte (Dos Passos, Dreiser); el papel del oeste, por otra parte, como línea de fuga, donde se conjugan el viaje, la alucinación, la locura el indio, la experimentación perceptiva y mental, el movimiento de las fronteras, el rizoma (Ken Kesey y su "Máquina de niebla"; la generación beatnik, etc.). Cada gran autor americano hace una cartografía, incluso por su estilo; contrariamente a lo que sucede entre nosotros hace un mapa que se conecta directamente con los movimientos sociales reales que atraviesan América. Por ejemplo, la localización de las direcciones geográficas en toda la obra de Fitzgerald
(18) Así Joelle de la Casiniere, "Absolument nécessaire", Minuit, que es un libro verdaderamente nómada. En la misma dirección, cf. las investigaciones del Montfaucon Research Center.
(19) Kafka, "Diarios", tr. castellana Lumen, p. 12. (*) Ver pág. 66 del libro en francés.
(20) Marcel Schwob, "La cruzada de los niños", 1896 (tr. castellana, Tusquets, Barcelona); Jerzy Andrzejewski, "Las puertas del Paraíso" 1959 (tr. castellana, México, Joaquín Mortiz), tr. fr. Gallimard- Armand Farrachi, "La dislocation", 1974, Stock. A proposito del libro de Schwob Paúl Alphandéry decía que la literatura, en ciertos casos, podía renovar la historia e imponerle "verdaderas direcciones de investigación" ("La chrétienté et 1'idee de croisade', t. II, Albin Michel, p. 116).
(21) Cf la humorada de Foucault: ¿qué sucede cuando uno ya no (se) repite? "En ese momento ellos repiten, repiten el lenguaje mismo" en ("Nietzsche", cahiers de Royaumont, Minuit, p. 196). (*) Ver pág. 69 del libro en francés.
(22) Cf. Paúl Virilio, "Véhiculaire", en "Nómades et Vagabonds", 10/18, p. 44: sobre el surgimiento de la linearidad y el trastorno de la percepción por la velocidad.
(*) Ligne de chance, ligne de haneche (en el original).

1 comentario:

altera la realidad antes que la realidad te altere dijo...

un tema bastante profundizado y quiza complejo pero lo reelere bastantes veces, como comunicador y como siendo un ente de la sociedad, graffitero, libre en mi manera de pensar y siendo una maquina de guerra infiltrandome y adentro explotar, solo tendre que cambiar de lugar.